jueves, 26 de abril de 2012

Focalizando


Una cierta tristeza, brumosa a la altura del ojo izquierdo
Con un hilito que corría hacia abajo hacia el plexo
Donde una gran tapa de vidrio aguardaba
Permanecí con ella y se hizo evidente que el hilito
Era crucial, la conexión, había algo allí,
Que invitaba a recorrerlo con la atención
La tapa se abría, y se hacía más nítida la olla, el agua bullendo
Dentro
Apareció un rostro cerca de la tristeza brumosa, y un algo que
Se está cocinando en mi vida. Tiempo de cocción, de espera.
Una escalera aparece ahora, dentro de esa agua, está sumergida,
Entre la panza y el plexo
Es de material, firme, puede ir hacia arriba o hacia abajo, esa escalera, esa firmeza sentida en la panza
No importa tanto la dirección como la firmeza.
Lo que es arriba es abajo, de repente, se da vuelta, se invierte.
Y con el transcurrir de la silenciosa, amorosa presencia, se transforma
En un sacapuntas de metal, cuyo arco es brillante, brillante, iluminado.
Aparece una atmósfera de contemplación, conocida por mi, y ese sacapunta
Allí, yaciendo, aparece ahora un lápiz color rosa, un rosa no sé, indefinido,
Allí y comienza una danza entre ellos, no sé si los mueve una mano pequeña o se mueven solos, sobre un piso de madera lustrosa, todo resuena en la zona de la panza
Un recuerdo, de niña jugaba debajo de la mesa, con una manta sobre las piernas cruzadas como indio, jugaba a que mi cuerpo era una casa!
Aparece la emoción, la emoción de ese recuerdo del juego infantil, tan preñado de cuerpocasa, la niña sabia que sabía que su cuerpo era/es una casa.
Y a partir de ahí, todo se transforma en explosión intensa, multicolor, flasheante dentro, como el átomo, como big bang, lo que es arriba es abajo, lo que adentro es afuera,
Es regalo, es don, aparecen dos rostros de personas queridas, luminosas ellas, y un cántico sagrado. Gracias. En este cuerpocasa reside todo lo que necesito.