viernes, 24 de mayo de 2013

Poemas y sus ecos

Después de la presentación del libro Poemas del Viento, he quedado con una sensación de plenitud
de completud, de agradecimiento y celebración.
Cada vez que alguien me comenta cómo le ha llegado un texto, un verso, cómo lo utiliza con sus consultantes, cómo lo lee pausadamente, saboreando, palpitando, respirando, celebro que así sea.
El texto se transforma con cada lectura, con cada verso que se repite en silencio, y que resuena en lo íntimo de cada quien.
Y se re-escribe, se recrea, se retroalimenta, se re-elabora, se revive, se reaviva...

Una tarde ... todos somos Uno

Muchas veces estoy en la separatividad, cuando me siento en la vereda de enfrente del otro.
Veo sus acciones como enfrentadas a las mìas. Por màs que intento vivir esta Unidad, el Ego aparece una y otra vez interfiriendo.. hiriendo..o sintièndose herido
Las formas que puede tomar son: no sentirme entendida, respetada, cuidada.
Y descubro muchas veces que lo mismo que me pasa a mi, es lo que le pasa al otro en su interior. Heridas espejo? Por ejemplo me considero una persona inclusiva, incluyo a otros en proyectos, en trabajos, en clases, y hace no mucho alguien me dijo que no había sido inclusiva. Me quedé resonando con eso, una parte mía hubiera salido a explicarse, intentaba recordar cómo me sentía ese día, o si ese día estaba protegiéndome o protegiendo algún aspecto que había quedado vulnerable por  experiencias anteriores.
En este particular caso,  probablemente toque el tema del espacio propio. Por qué dos personas pueden sentirse que fluyen en la coordinación de una clase? y otras no? Una de ellas necesita más espacio? descollar? sentirse más importante? Y a veces la otra puede cederlo, quizás si está en su eje, o elige dejarlo pasar, o a veces es ella la que necesita más espacio y no sabe cómo pedirlo.
Somos nuestros hábitos inconscientes moldeando nuestras acciones. Cuando digo inconscientes me refiero a esos que están operando y fuera de nuestra consciencia ordinaria.
En atención plena, puedo darme cuenta qué es lo que aparece allí detrás del telón...
por ejemplo, puedo estar escuchando que alguien se ha sentido herido o no respetado debido a una actitud mía, en algunos casos si lo miro objetivamente (hay objetividad?, es posible?) puedo entender que esa acción mía haya traído sufrimiento, en otros casos, simplemente un movimiento aparentemente inocente,
dispara en el otro ese mismo dolor, o lo reaviva. Puedo ahí darme cuenta de la sutileza de mis acciones, de mis movimientos, quizás ese caminar mío sirvió para sentirme segura, contenida, tomar algo en mis manos,
sirvió para centrarme, y para no reaccionar, o para darme la pausa para contactar con eso que estaba presente en mi, mientras otro relataba qué le estaba sucediendo en relación a ese accionar mio. Y ese otro lo toma como algo que interrumpe, si podemos nombrar sin apegarnos y sin tomarlo como algo personal, podemos crecer. En ser más nosotros mismos en relación con otros.
Un mundo se despliega, se vuelve más explícito en atención plena. Y una espaciosidad nueva emerge en los vínculos que estaban heridos, al menos en mi surge una confianza renovada en el camino de sanación.
Y recuerdo esta frase del poeta sufi Rumi, En un vínculo entre dos personas tiene que haber espacio entre ellos, para que los ángeles puedan danzar.
Espacio para el recibir al otro así como es, como está, como está siendo, con todas las contradicciones que pueda haber, con los quizás, con las preguntas abiertas sin respuesta, con las tensiones, con la respiración que se corta y se expande al sentirse escuchado, comprendido.
Y también para recibirme así como soy, como estoy, como estoy siendo, con todas las sensaciones sentidas de hoy que traen algo del ayer y a la vez me dan un dato nuevo al estar con ellas hoy. Con las preguntas abiertas, con las semillas de lo nuevo y lo viejo entrelazado. Nombrando, permaneciendo, acompañando.

Hara-corazón

Un centro de radiante rojo borravino anidó en mi pecho y desde allí
una energía se esparcia en libertad y fluidez. Enraizada en la quietud y el silencio
que surgía desde el hara. Conectado y direccionado con sus raíces hasta el centro del planeta.
Enraizado y energizado, con un ritmo diferente, y una posibilidad de accionar desde ese centro
poderoso e inmenso como el universo mismo. Una íntima conexión entre estos dos centros, hara-corazón.
Hara-cardíaco conectados potentes sabios amorosos fluidos precisos compasivos fuertes tiernos.

jueves, 2 de mayo de 2013

Abril

Abril ha sido intenso en movimiento, desplazamiento, encuentro, emociones, caminatas, colores, destinos, compartires, momentos en soledad, risas, guiños cómplices, esperas en aeropuertos, cuerpo, sensaciones sentidas miles, pausas, momentos eternos, disfrutares, lanzamientos, comienzos, reencuentros, prácticas, aclaraciones, largos emails, idas y venidas, nubes, mares, soles, estrellas, lunas, bosques, caminos, senderos, playas, arenas, corales, aguacates, camarones, desayunos en el nicho, diferentes lenguas un solo corazón, rostros, sonrisas, abrazos, círculos, acuerdos, aprendizajes, masajes, reagrupaciones, recomienzos, caricias, aromas, chocolates, brumas, brisas, montañas, lagos, verdes, ocres, amarillos, rojos intensos, pálidos, amigos de antaño y nuevos, paisajes revisitados, respirados nuevamente, cambios de horario, de agenda,
de rutina, lo nuevo y lo viejo entramado, matices, vida bullendo por mis venas y las venas de otros.