domingo, 29 de mayo de 2011

Caminata cósmica

Ayer caminando por la calles del barrio los colores de otoño literalmente explotaban dentro mío.
Como fuegos artificiales, estrellas multicolores inundaban mi cabeza, dentro de mi cabeza miles y miles de partículas otoñales recorrían esa inmensidad, ese infinito.
Surgió un deseo de vivir la vida toda, no solo la mía, sino la de aquellos que ya no están conmigo, como si pudiera transitar lo no transitado por ellos/as, como si pudiera desarrollar lo que ellos/as no pudieron por su pronta partida en algunos casos.
¿Qué es este deseo voraz? me pregunté, y enseguida aparecía una hoja o la brisa, que me volvía a inundar de la belleza, de la perfecta armonía existente entre esa hoja, la brisa, yo.
Intuyo la eternidad en cada instante que respiro.

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