Cómo era ese burro sentido en el cuerpo? en el espacio interno, y apareció la mansedumbre, las orejas tiernas de burro, como lugar a conquistar. Muchas veces lo explícito nos muestra un aspecto y si nos damos la pausa para llevarlo al espacio sagrado, a la morada interior, aparece algo más.
Ese algo más es la esencia de Focusing. Y si sigo acompañando esa imagen, esa carita de burro, aparece hasta una cierta complicidad en la mirada. Esos burros querendones que solíamos alquilar en Capilla del Monte cuando éramos chicos. Los que buscaban que los acariciaras y se dejaban mimosear un rato.
Algo de eso está naciendo también en esta Navidad dentro mío. Le agradezco a mi cuerpo lo que me trajo.
Nueva sabiduría para este tiempo del camino. Mansedumbre.. complicidad... abrirme a las caricias.
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